Pensar en diseño es pensar en innovación...
Lo que hacemos los diseñadores es dar una nueva visión a necesidades, deseos, intenciones, propósitos e ideas de la sociedad hacia ella misma, por lo que nuestro real compromiso es el de establecer esas diferencias con un propósito determinado.
El diseño no puede quedarse en la etapa de "oficio decorativo", va mucho más allá de buscar la satisfacción estética del producto, requiere de la satisfacción de la necesidad básica para la cual fue desarrollado, puesto que de manera contraria caeríamos en un manerísmo absurdo e inútil de nuestra profesión.
Requiere de información que permita determinar cuales son esas necesidades y cuales serán los instrumentos necesarios para verificar que esa necesidad sea cubierta y por lo tanto validar la pertinencia del mismo.
El diseño ha dejado de ser una actividad empírica y holística, para ser una profesión comprometida con el usuario y el cliente.
Busquemos en estas líneas y futuras entradas esos enlaces y coincidencias.
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