4 de julio de 2016

Docente a tiempo completo: modelo en crisis

Resulta necesario que las universidades revisen el actual perfil de sus planteles de docentes de diseño para no repetir un error pedagógico evidente. 


Es bastante conocido que durante los inicios de la profesionalización del oficio del diseño, hubo una gran pléyade de diseñadores que entre su vocación existía la docencia. Hitos de la educación del diseño como Renner, Gropius, Itten y Moholy-Nagy son ampliamente reconocidos tanto en la academia como en el ejercicio de su profesión como visionarios y ejemplos a seguir. En tiempos más recientes, nombres como Carson, Chaves y Werner, siguen los pasos de estos precursores tanto en los países líderes, y también en otras sociedades que apenas comienzan a vislumbrar el aporte que la disciplina entrega a los procesos comerciales e industriales. Sin embargo al observar lo que sucede en nuestras escuelas de diseño, no podemos pasar por alto que algo grave está sucediendo. Cada año egresan una gran cantidad de diseñadores en todas sus ramas pero, sin embargo, su impacto en la sociedad no es visible, y por si fuera poco, se escuchan incontables quejas de esos graduados sobre el poco aprecio que esas sociedades tienen para con el diseño. ¿Hemos perdido el rumbo en cuanto a la forma de enseñar diseño? Al mirar hacia el pasado personal, reflexiono sobre el tipo de enseñanza y sobre los profesores de mi instrucción en diseño gráfico, hace más de 25 años. Básicamente esa enseñanza tenía dos grandes características; la primera era que los diseñadores éramos preparados para todo el campo de diseño, quizá en esos tiempos el propio campo de acción de la profesión era mucho más acotado, o quizá las herramientas con las que contábamos eran tan básicas y manuales que permitían que la técnica (tekné) de nuestra profesión pudiera ser aprendida en un período de tiempo muy corto, por lo que se disponía del tiempo para aprender y practicar todas las ramas de la profesión; y la segunda, en la planta docente que nos preparó había arquitectos, diseñadores gráficos, diseñadores industriales, comunicadores, artistas gráficos, técnicos en artes gráficas, mercadotecnistas, la gran mayoría de los cuales tenía algo en común: la docencia era para ellos una actividad paralela a su actividad profesional, de manera que quien llevaba, por ejemplo, la materia de Diseño V, (publicaciones o diseño editorial) era un técnico en artes gráficas cuyo desarrollo profesional orbitaba alrededor de la publicación e impresión de libros y revistas, o en el caso de la materia de Medios Audiovisuales (multimedia), la docente tenía su propio negocio de presentaciones audiovisuales y sus clientes eran algunas de las empresas más importantes de la ciudad. Sin embargo… ¿qué sucede hoy en la enseñanza del diseño? Tan solo en México, se estima que el 50% de los egresados de la carrera de diseño gráfico trabajan en algo relacionado a su profesión1, y del resto un 80% no ejercerá nunca el oficio para el que se supone fue capacitado. ¿Es esto aceptable en un país como el nuestro en donde tan solo el 5% de los estudiantes de primer ingreso a primaria lograrán terminar una carrera profesional?2, ciertamente, no. Si disponemos de algo de tiempo, y nos dedicamos a revisar los sitios web de universidades mexicanas que ofrecen la carrera de diseño gráfico nos daremos cuenta de algunas cosas que se repiten: Todas ofrecen desarrollar habilidades y competencias que harán del egresado un experto en el medio laboral. La gran mayoría basan su modelo educativo en el taller de diseño. La planta docente es desconocida en la mayoría de los casos, y cuando un interesado pregunta, las respuestas invariablemente dicen: «jóvenes, con gran talento, con alta experiencia profesional», lo cual en si resulta inquietante ya que si esos docentes son de excelencia, ¿por qué no son enlistados por las universidades? En aquellas universidades que se atreven a enlistar una planta docente, el mayor énfasis de información va hacia sus grados académicos. Excelente… pero, ¿y sus portafolios profesionales? Resulta sumamente inquietante darnos cuenta de que en nuestro país existen registradas algo más de 300 instituciones de nivel superior que ofrecen la carrera de diseño gráfico3, por lo que estableciendo arbitrariamente una planta docente mínima de 20 profesores en cada una de ellas, tenemos alrededor de 6.000 docentes de diseño gráfico, de los cuales tan solo un puñado sabemos quienes son, y qué han hecho profesionalmente en su área. Si hasta este momento he logrado inquietarte sobre quien enseña a los futuros diseñadores de nuestro país, creo que voy por buen camino. Por otra concepción del docente de diseño a tiempo completo En diferentes universidades en donde he tenido la oportunidad de colaborar o de ser recibido para responder mis inquietantes, y en ocasiones, incómodas preguntas, me he encontrado que por lo menos en México, un docente de tiempo completo lleva su carga de trabajo dividida más o menos de la siguiente forma: 25 horas a la semana para docencia, y 15 horas para actividades generalmente administrativas relacionadas con la academia y proyectos institucionales. No tendría ninguna objeción hacia esto si no existieran los hechos relatados con anterioridad sobre lo que hacen nuestros egresados. Ciertamente algo no está funcionando como debiera. Si observamos algunas de las instituciones de educación superior que son reconocidas a nivel mundial como las mejores en el campo del diseño gráfico (Rhode Island School of Design, por nombrar una) encontraremos que la concepción del profesor de tiempo completo es muy diferente a la nuestra, y nos obliga a replantear lo que debe de ser este tipo de docente: Su tiempo en la institución por semana, es de 20 horas. El ingreso de un docente nuevo, debe de ser consensuado por la academia. Aún cuando se considera de tiempo completo, el docente debe de demostrar que las 20 horas restantes de la semana las dedica al ejercicio profesional. Si no puede justificar ese ejercicio profesional, pierde su calidad de docente. Aún cuando el nivel de sueldos no es comparable con el de nuestro país, un docente de dicho instituto debe su fuente de ingresos más importante al propio ejercicio profesional. ¿Hacia donde queremos llegar con esto?, ciertamente a revisar el modelo de docente que imparte clase en nuestras instituciones, sobre todo el docente de tiempo completo, quien debe ser, por antonomasia, el modelo profesional que los estudiantes de diseño deberían seguir en su formación profesional. Rompiendo el paradigma… ¿qué hacer? Ciertamente existen una gran cantidad de aparentes limitantes tanto legales como culturales que dificultan el concepto del nuevo profesor de tiempo completo, sin embargo, aún cuando pudiera parecer completamente extraño, este modelo de docente de tiempo completo no es desconocido en nuestro país. Existen experiencias entre los docentes de medicina y derecho, por dar algunos ejemplos, en donde queda completamente claro que no es posible asignar determinadas áreas de la educación de profesionales a docentes con poca o nula experiencia profesional vigente, y aún así no es nada raro encontrar en esas escuelas docentes que son ampliamente reconocidos por su trayectoria profesional vigente, amén de los grados académicos obtenidos por ellos. Mi propuesta de docente de diseño gráfico de tiempo completo busca romper esa inercia que se ha venido dando en nuestras universidades en los últimos 20 años, que le ha dado más importancia al grado académico que al ejercicio profesional. Por lo tanto, ¿cuál es el perfil del docente de tiempo completo de diseño que proponemos? Profesional del diseño, con ejercicio actualizado y vigente. Experto tanto académico como profesional de su área. Actualizado en pedagogía y docencia. Modelo profesional a seguir, con reconocimiento de sus pares profesionales. Nuestro docente de tiempo completo debe de ser alguien cuya práctica profesional sea el eje central de su aportación a la enseñanza del diseño, por lo menos en aquellas áreas en donde esta sea el elemento más importante de transmisión de esa experiencia. No podemos olvidar que existen muchos docentes que tienen una inclinación mucho más marcada hacia la investigación pura, lo cual no es de ninguna manera una limitante para su actividad de enseñanza, sin embargo debemos de orientar este tipo de docentes hacia otras materias en donde su cúmulo de conocimientos le sirva al estudiante para reforzar la argumentación de todo proyecto de diseño. Pero los talleres de diseño son el mejor ejemplo del tipo de curso en donde la enseñanza del maestro, y su habilidad y arte en el ejercicio profesional son mucho más evidentes y por lo tanto constituyen la piedra fundamental de el proceso de enseñanza-aprendizaje del diseño.

23 de junio de 2016

Artículo de Mike Monteiro en www.deardesignstudent.com, vale la pena leerlo con cuidado.

Can Design Change the World? 

Q: I’ll keep it simple: can design change the world?
I’ll answer just as simply: Yes. But…

 But not for the reasons you think. And not the reasons you hear bandied about by the hopeful and the inspired and the lovingly crafted exuberant designers of today. Because I doubt very much that someone who can’t change their boss’s mind, or change a printer cartridge can change the world.

Because I love you, I need to tell you something: you’re not special. You have no unique properties. There is absolutely nothing about you that makes you different than anyone else. You are not a snowflake. And even if you are the most creative person you know, I guarantee there are ten million other people just. Like. You.

This is good news.

I don’t think design can change the world because it’s special. I think design can change the world because it’s not. Because I think anyone can change the world. And because the world isn’t usually changed by special people. It’s changed by ordinary people. Ordinary people who take it upon themselves to take a stand because they’re trying to lead ordinary lives and something stupid gets in their way.

The world is changed by seamstresses who don’t want to give up their seat when they’re trying to get home after a hard day of work. The world is changed by electricians trying to earn a fair wage. The world is changed by girls who just want to go to school. The world is changed by low-level diplomats who just want to go home. The world is changed by cocky kids who find themselves punching above their pay grade.

Let me tell you a story about a man who changed the world. At least my corner of it. His name was Bernard Harmon and he was a public high school art teacher in Philadelphia. I was a freshman in high school when I entered his classroom. And like many of the kids in his class, I was having a pretty non-great childhood. I was a fat pimpled underachieving immigrant kid, dying to belong. And too angry to adjust. And looking around at that classroom, we were all pretty messed up kids. And all he had to do was just cruise us through the next four years of the Philadelphia public school system. Except he didn’t. Instead he gave a shit. He became a de-facto dad for all of his students, especially the ones who needed him the most. He gave us goals, he made us work to achieve them, he pushed us, he gave us moral centers, and he made us grow up. And I guarantee you he was getting paid shit for all this because, like I said, he was a teacher in the Philadelphia public school system. And now the kids he taught are out there in the world doing their own thing, hopefully passing on the lessons we were taught.

Teachers can change the world. All around the world. Every day. In small ways, one kid at a time. And for little reward, other than something inside them that tells them it’s the right thing to do. 

Doctors can, and have, changed the world.

Journalists can, and have, changed the world.

And yes, designers can, and have, changed the world.

But it’s not because we’re especially capable of effecting change and improving the world around us. We’re no different than anyone else. We’re not special. We’re ordinary. And we live by the same social contract. Yes, designers can change the world. But it’s because we have the same responsibility as every other ordinary person.

So the real question isn’t whether we can change the world, but how? What will you do? Can you afford not to? Greenland is melting. Children are being gunned down in schools. A great mass of stateless people are dying as they pass through Europe. And there’s a shelter in your own city that could use a volunteer to a teach homeless kid math.

So, no, you’re not special. You’re ordinary. And like everybody else, you need to opt in. We can’t afford you not trying.

I wish you all ordinary lives.

Mike Monteiro is a nice guy or a total asshole depending on your opinion. He is also the Design Director at Mule Design. And the author of Design Is a Job and You’re My Favorite Client.

21 de junio de 2016

Artículo en el foro de a!

La revista a! diseño ha publicado en su sitio de internet un artículo mío. Visítenlo y comenten sobre el tema!!!

http://a.com.mx/ver_articulo.php?id=13

Saludos

Publicación del Coloquio de Investigación de Diseño de la UAA.

No había podido subir la liga correspondiente a la publicación de las ponencias presentadas en el Coloquio. Aquí está:

http://issuu.com/ricolopezleon/docs/dialogos_design?mode=window&backgroundColor=%23222222

Encontrarán muy interesantes las ponencias, además, mi ponencia está en la página 199.

Saludos

22 de abril de 2012

Identifica problemas... el diagnóstico del diseño como herramienta estratégica.

Hay mucha diferencia entre definiciones, no es lo mismo "Resolver problemas de diseño", que "Resolver problemas por medio del diseño". En el primer caso desgraciadamente caen la mayoría de nuestros colegas, acudimos a entregarle a nuestro cliente "un diseño", que normalmente está substituyendo a algo hecho por alguien más con anterioridad bajo cualquier excusa subjetiva... ya está obsoleto, ya está rebasado, ya no me gusta, etc. Esto es una actividad "táctica", solamente estamos resolviendo el problema del momento el cual en muchas ocasiones no tiene nada que ver con la necesidad real de la organización. Perdonando la analogía, es como querer reparar una fuga en el radiador del automóvil tapándola con un poco de pasta epóxica... funcionará durante un tiempo pero tarde o temprano volverá el problema. En el segundo caso requerimos de un proceso más profundo, entender las necesidades reales del cliente, comprender sus procesos económicos, las relaciones con sus consumidores, con su contexto, con su competencia y con todo ello, realizar un diagnóstico situacional que nos permita identificar el problema real (aquello que no le permite a nuestro cliente estár donde desea con su compañía) y con ello, presentar una propuesta de solución en donde el diseño forme parte de un proceso total que corriga esa situación pensando a futuro. Esto es pensar "estratégicamente", no se trata de resolver el problema de fin de mes, o de un evento en particular, o de una exposición, sino en la de visualizar una solución integral que disminuya la incertidumbre en el futuro. Cual es el impacto en nuestro oficio en ambas situaciones? Sencillo: + En el primer caso, podemos encontrar una gran cantidad de personas que sean capaces de ofrecer soluciones tácticas, por lo que el beneficio percibido por el cliente es pequeño y por lo tanto no estará dispuesto a compensar ampliamente a quien le presenta ese tipo de solución. + Por otro lado, si somos capaces de entregar una solución estratégica, el cliente verá la capacidad real del profesional, y la compensación otorgada a este último será mucho mayor. Desarrollar la capacidad analítica del diseñador para entender y diagnosticar correctamente una situación con un cliente, le permite al primero generar soluciones reales, de alto impacto, integradas y por lo tanto más proclives a ser consideradas por su cliente como una inversión y no como un gasto. Bits de ventas #2

14 de abril de 2012

Piensa en ti como un producto

De la misma forma en que cada uno de nosotros adquirimos algo para satisfacer necesidades o deseos, los clientes nos buscan para hacer algo que; a) No saben hacer, b) No quieren hacer, c) No tienen tiempo de hacer o d) No pueden hacer.

Por lo que necesitas preguntarte:

A) Si lo que yo digo que es mi fuerte en el campo de diseño lo saben hacer muchos, entonces es una característica de la profesión, y por lo tanto lo que el cliente está dispuesto a pagar es poco, ya que si no se lo hago yo, fácilmente encontrará quien lo haga.

B) Por otro lado, si lo que yo digo que se hacer bien, lo saben hacer pocos o nadie en mi contexto, entonces el cliente no tendrá muchas opciones para discutir el precio, por lo que podré casi sin problemas cobrarle lo que yo quiera.

C) Si además de todo lo anterior, al cliente le queda claro que beneficio directo obtendrá de mi acción en su problema, entonces la cuestión de los honorarios queda en segundo plano, ya que todos estamos dispuestos a pagar lo que sea si ese monto es inferior al beneficio que voy a recibir por ello.

Bits de ventas #1

7 de abril de 2012

Publicación del Coloquio de Investigación de Diseño de la UAA.

No había podido subir la liga correspondiente a la publicación de las ponencias presentadas en el Coloquio. Aquí está:

Dialogos del Diseño

Encontrarán muy interesantes las ponencias, además, mi ponencia está en la página 199.

Saludos

25 de enero de 2012

Ahhh.... la educación del diseño

Hablar de la educación del diseño es abrir la legendaria "caja de gusanos" que nos llevará a interminables discusiones y en algunos casos roces entre los interlocutores.

Con este post, quiero iniciar la exposición de algunas ideas que tengo al respecto, pero para contextualizar las mismas, quisiera presentar algunos artículos que se han publicado en Foro Alfa al respecto.

El primero de ellos, un artículo de Gerardo Cruz Mireles, que toca un tema muy interesante desde mi punto de vista... para que educamos en diseño en latinoamérica.

http://foroalfa.org/articulos/la-ensenanza-del-diseno-en-america-debe-replantearse

Otro artículo dentro del mismo sitio, plantea el eterno dilema de quien debe de enseñar diseño.

http://foroalfa.org/articulos/a-vueltas-con-la-docencia

Quisiera que estos dos artículos sirvieran para contextualizar mis ideas al respecto... las cuales publicaré en algunos días.

21 de diciembre de 2011

A donde va la educación del diseño?

Continuamente escuchamos quejas sobre la poca pertinencia que tienen los planes de estudio de las universidades en nuestra área de trabajo... la gran pregunta que en ocasiones nos hacemos es: Están realmente al corriente los responsables del diseño curricular de las tendencias de la profesión?

Aquí un documento interesante publicado por ICOGRADA al respecto:

http://www.icograda.org/education/manifesto.htm

Hay que leerlo con cuidado.

23 de septiembre de 2011

Estandares para docentes de diseño

Siempre he pensado que en algún momento deberíamos de ponernos de acuerdo sobre cual es el perfil adecuado para el docente de diseño. La siguiente es una propuesta concensuada entre la industria y el organismo acreditador en los EEUU.

http://educators.aiga.org/wp-content/uploads/2011/02/AIGA.PSOT-1.0.pdf

Ciertamente vale la pena revisarlo.